El escritor Ramón del Valle
Inclán dijo una vez que las palabras son corazones vivos, no relicarios. Pues
bien, una lengua que se usa tiene que estar viva. Si es utilizada por un número
grande de habitantes sus posibilidades de evolucionar con el paso del tiempo
son mayores.
El español es el patrimonio de
más de veinte países, y en cada uno de ellos su evolución se encuentra
condicionada por diversos factores sociales, históricos y culturales. Cuando
los españoles conquistaron América, el español ya constituía una lengua
unificada, aunque diversa a lo largo de cada región. Más adelante con su paso
por buena parte del continente, la diversidad se enriqueció aún más.
Hispanoamérica |
¿Cómo se llevó a cabo este
proceso? La primera cuestión que los españoles se propusieron resolver fue
enseñarles a los indígenas español, y que éstos les enseñaran su lengua. Sin
embargo se encontraron con que no había una sola lengua indígena, sino
muchísimas. Al final decidieron imponer el español a toda la población. La
incorporación en la lengua española de nuevos vocablos provenientes de lenguas
indígenas provocó que muchas de estas palabras tuvieran difusión en otros
idiomas, como por ejemplo: tabaco, papa, maíz, hamaca, sabana, caníbal,
huracán, cacao, chocolate, tomate, coyote, alpaca, pampa, etc. algunas palabras
indígenas sólo se integraron al español, y otras solamente se usan en algunas
regiones o algunos países de América.
Cabe destacar que el uso de estas
palabras pertenece al nivel popular y familiar de la lengua; en un nivel más culto
y en los medios de comunicación encontramos unidad, en cualquier país de la
comunidad hispanohablante. Definitivamente, el recorrido que el español ha
hecho en América, desde la conquista, constituye el factor que más ha influido
en su evolución.
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