El tamaño de un libro es una parte importante del diseño editorial,
en ocasiones es un rasgo distintivo de una colección o una editorial. La
variedad de tamaños responde a la gran diversidad de clases de papel.
Esta pluralidad llegó a ser un problema para la industria editorial, a tal
grado que los impresores implementaron una norma de unidad a la diversidad de
tamaños. Esta norma es la ISO 216
(formato métrico), la cual se basa en la norma española (UNE) y la alemana
(DIN) que la anteceden.
Sólo Estados Unidos, Canadá y algunos países de América no han adoptado
esta norma. En México, a pesar de haber sido adoptada la norma internacional,
sigue siendo más usual el tamaño carta
(8.5 x 11”)
que su homólogo A4 (210 x 297 mm.)
En el tiempo en que el papel se producía de manera manual
existía un único tamaño: una hoja básica
medía 32 x 44 cm. El tamaño de un libro
se determinaba por las veces que se dividía a la mitad esta hoja.
Durante algún tiempo, independientemente de las dimensiones
del pliego de papel, el tamaño de un libro se determinaba por las veces que éste
se doblaba. Si doblamos una hoja a la
mitad, para conseguir sólo dos páginas
por cara, formaremos un libro en folio. Si se dobla una vez más y se consiguen 4 páginas
por cara, el tamaño sería en cuarto.
Si la hoja se dobla hasta conseguir 16 páginas en total, tendremos un libro en octavo, y así sucesivamente.
Serie A de la norma internacional (ISO 216) |
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